La Intervención temprana en personas con síndrome de Down (Terapia de Lenguaje parte 2)
En el caso de las personas con síndrome de Down, el punto de
partida en la Terapia de Lenguaje (TL)
es lo que se conoce como “Intervención temprana”, la cual se refiere a
los primeros ejercicios de estimulación que se le aplican al bebé desde su
nacimiento.
¿Cuándo iniciar la Terapia de Lenguaje?
Muchos padres piensan que deben acudir a la TL una vez que
el niño empieza a manifestar los primeros gestos comunicativos, o cuando ya tiene 1 o 2
años y esperan que aparezcan las primeras palabras. Lo cierto es que la ayuda
del terapeuta de Lenguaje puede y es conveniente que esté presente desde que
nace.
Recordemos que el lenguaje se empieza a desarrollar en
cuanto el bebé comienza a recibir los primeros estímulos del exterior. Por
ejemplo, aprender que llorando obtiene la atención de mamá … eso es lenguaje y
comunicación.
Tempranamente, el terapeuta de Lenguaje puede dar pautas y hacer seguimiento a la familia para que vayan estimulando ese lenguaje en el recién nacido. En esta etapa la intervención no es tan formal, sino que es más de orientación para que los padres apliquen ciertos ejercicios y recomendaciones en casa.
“Estimular desde edades más tempranas produce resultados más potentes”
Ya cerca del año y medio o dos años de edad, el niño puede
empezar a recibir una terapia más
formal, una estimulación más estructurada, a través de sesiones en las que el
especialista trabaja a través del juego para lograr una evolución del lenguaje
y el desarrollo de sus capacidades para comprenderlo y expresarlo.
A menudo los padres van a terapia preocupados porque su niño no pronuncia o no habla bien. Es importante que sepan que, en esta etapa, el trabajo no se enfoca únicamente en el habla, es decir, no solo en que mejore sus habilidades para mover su lengua o su boca para poder pronunciar correctamente. También es fundamental trabajar las habilidades del lenguaje comprensivo, sus capacidades para seguir instrucciones e ir construyendo ese lenguaje en su cabeza, para que luego pueda expresarlo. Esto es un proceso que ocurre poco a poco, en el que el niño irá compensando las debilidades motoras de sus órganos articulatorios, en su aparato fonador, en su forma de respirar, que son características en el síndrome de Down (SD).
“Primero debemos comprender el lenguaje, para luego poder utilizarlo y
expresarlo en palabras”
Lenguaje y
comunicación en el SD: Fortalezas y debilidades
Algunas de las fortalezas y debilidades que se presentan, de
forma generalizada, en el lenguaje y la comunicación de las personas con esta condición
genética son:
Fortalezas:
·
Aprendizaje visual: Se les facilita mucho más
comprender lo que pueden ver y experimentar, que aquellas instrucciones o
conceptos que se transmiten solo a través del habla y del canal auditivo.
·
Vocabulario: Tienden a aprender rápidamente
vocabulario y a comprender mucho más de lo que expresan, es decir, su nivel de
lenguaje comprensivo puede llegar a ser mucho mayor que su lenguaje expresivo.
·
Socialización: Generalmente les resulta fácil
socializar con sus pares, sean niños, jóvenes o adultos. Esto incluye la
pragmática, que es el “uso” del lenguaje: aunque no tengan todas las
habilidades expresivas para hacerse entender, logran encontrar la manera de
usar sus habilidades para comunicarse con los demás.
Debilidades:
·
Apraxia del habla infantil, que es la dificultad
(sobre todo a nivel motor) para construir las secuencias del habla, presentando
limitaciones para expresar lo que sí logran comprender.
·
Dificultades en la morfosintaxis (gramática). Se
refiere a las limitaciones para
estructurar oraciones que sean perfectamente entendibles por el interlocutor,
una vez que aparecen las palabras.
“La terapia de lenguaje estimula y trabaja desde las fortalezas del
niño o joven para ir mejorando sus debilidades”