La familia del niño con SD
Todos los niños obtienen del seno de su familia, no importa cómo sea ésta, las más profundas experiencias humanas. Y este hecho resulta especialmente poderoso en el caso de familias que reciben a un niño con discapacidad y afrontan la necesidad de acompañarlo a crecer. Son familias que deben llegar a convertirse en un entorno nutritivo… pero ¿cómo lograrlo? ¿Cuál es el camino para aceptar a nuestro hijo y ayudarlo a desarrollar todas sus potencialidades? Mientras crece, ¿qué aspectos de la vida cotidiana es preciso cuidar? ¿Qué resulta apropiado y qué no? Además, ¿dónde quedan nuestros otros hijos, si los hay? ¿Cuál es el papel de cada integrante de la familia en el reto de mantener el equilibrio emocional en casa?¿Cómo repartirnos el trabajo? Esta publicación guarda entre sus páginas mucha sensibilidad. Es un texto cálido —casi íntimo— para reflexionar sobre nuestros miedos y expectativas. Pero sobre todo, es esperanzador. Porque tener un hijo con síndrome de Down no es, en modo alguno, un obstáculo para alcanzar la salud emocional de la familia y lograr la felicidad.
